Un solo mundo, voces múltiples

Actualmente el modelo de sociedad busca todo lo contrario a la pluralidad, centrándose en el pensamiento único y la homogeneidad (cultural, de pensamiento) Con esto es más fácil ejercer un control poblacional, categorizar y manipular.
La falta de pluralidad nos suele encasillar en un sólo punto de vista, evitando ponernos en el lugar del otro, empatizar, solidarizarnos y hacer un análisis de los problemas que nos rodean e impidiendo la convivencia de diversidades.
En 1980, la UNESCO publicó el Informe Mc Bride, conocido con el título "Un solo mundo, voces múltiples". Una de las conclusiones radica en la necesidad de construir un Nuevo Orden Mundial de la Información para, entre otros fines, visibilizar mejor la diversidad cultural.
A diario recibimos centenares de imágenes y mensajes mediáticos, una realidad poco contrastada y ceñida a los esquemas e intereses de las grandes cadenas y monopolios de la comunicación. A través de los grupos mediáticos multinacionales, asumimos una cultura conducida que nos limita nuestra libertad de pensamiento y de expresión. Además, construimos sin darnos cuenta un imaginario colectivo sobre la realidad global y local alejado de su autenticidad. La información que nos llega no muestra las causas de los problemas actuales, impidiendo la comprensión de los procesos sociales y políticos que se dan en muchos países.
Desde 1980, el Informe alerta sobre este contexto de la comunicación mundial y defiende otra práctica periodística.
Hay múltiples experiencias que demuestran que otra información es posible, una información cercana a sus protagonistas y a cada realidad cultural; una comunicación interesada por las causas y que ofrece soluciones; una comunicación que defiende, en definitiva, los derechos humanos.